Nuestra misión
Nuestra misión es vocacional sacerdotal, cultivamos vocaciones a través de la educación evangelizadora y de la pastoral juvenil vocacional. Esta misión la realizamos mediante la escucha, formación, acompañamiento y discernimiento. Queremos vocacionalizar nuestros campos apostólicos para construir una cultura vocacional donde cada persona se descubra amada y llamada por Dios, haga una opción por Jesús y su Reino en una vocación específica.
Realizamos nuestra misión en la Escuela Católica, con las familias, en los seminarios, en las distintas plataformas de la Pastoral Juvenil Vocacional, en Equipos Diocesanos y Parroquias.
Educación evangelizadora
Promovemos una educación evangelizadora acompañando el proceso formativo integral de la persona, que la prepara para realizar opciones evangélicas y promoviéndola hacia un compromiso social que transforme y humanice nuestro mundo.
Realizamos esta educación evangelizadora a través de nuestra presencia como escuela católica en los Colegios del Espíritu Santo, en donde se busca educar integralmente a la persona mediante un proceso de calidad y excelencia académica.
Nuestro ideal educativo es formar a las presentes y futuras generaciones despertando en ellas un profundo sentido de vida, que las lleve a realizar el sueño que Dios tiene para cada persona en su vocación específica.
Queremos brindar una educación cristiana de calidad ante las demandas educativas que los contextos globalizados y nacionales plantean a la sociedad, mediante un servicio educativo profesional.
Pastoral vocacional
Asumimos la Pastoral vocacional, corazón de toda la pastoral de la Iglesia, generando una Cultura Vocacional que promueve la vida. Al impulso del Espíritu Santo cultivamos la semilla vocacional en cada persona para que acogiendo el don de su vida y al encontrarse con Jesucristo se sienta amado y llamado discerniendo el proyecto que Dios le regala y que responda a las necesidades de la Iglesia y del mundo de hoy.
Como nos recomienda nuestra fundadora RM. Ana María Gómez Campos, queremos bajo la acción del Espíritu “sembrar, siempre sembrar” en los corazones de nuestros interlocutores la semilla de la vocación sacerdotal.
Nuestra opción por los jóvenes
Queremos generar procesos de acompañamiento y de formación humano-cristiana, para que los jóvenes se descubran y se experimenten amados por Dios y sean capaces de responder a la propuesta evangélica de Jesús en una opción de vida concreta, a fin de comprometerse en la historia y en la construcción de la civilización del amor.
El joven de hoy tiene sed de Dios y de sentido de vida. Nuestra sociedad de consumo, con sus propuestas de competitividad, éxito y hedonismo, no logra llenar la profunda necesidad de sentido que siempre experimentarán nuestros jóvenes y que se acrecienta ante la falta de oportunidades de trabajo, estudio y desarrollo a la que se enfrentan la gran mayoría de ellos.
Como Congregación escuchamos en esta realidad una urgente llamada del Espíritu a renovar nuestra opción preferencial por los jóvenes, a concretizar nuestro cariño y preocupación por ellos en propuestas creativas de pastoral cercanas a su sensibilidad, a su modo de ver el mundo y la vida. Estamos convencidas que en Jesús Sacerdote, compasivo y solidario, el joven encontrará el Agua Viva que colmará su sed, la Vida en Abundancia que busca, y en su Proyecto de Reino, el rumbo y el sentido final de su existencia.
Con estas convicciones nos insertamos, en la medida de lo posible, en la Pastoral Juvenil de las Diócesis en las que estamos presentes.