Oraciones vocacionales

Oración a María por las vocaciones

¡Oh Virgen de Nazaret!, el Sí que pronunciaste en tu juventud marcó tu existencia, y llegó a ser grande como tu misma vida.

¡Oh Madre de Jesús!, en tu Sí, libre y gozoso y en tu fe activa, muchas generaciones y muchos educadores han encontrado inspiración y fuerza, para acoger la palabra de Dios y para cumplir su voluntad.

¡Oh Maestra de vida!, enseña a los jóvenes a pronunciar el Sí que da significado a la existencia, y hace descubrir el nombre escondido por Dios en el corazón de cada persona.

¡Oh Reina de los Apóstoles!, danos educadores prudentes que sepan amar a los jóvenes y ayudarles a crecer; guiándoles al encuentro con la Verdad que los hace libres y felices. Amén.

Oración por las vocaciones

Señor, Dios, Padre Celestial: la mies es mucha y los obreros pocos.

… Envía obreros para tu mies.

  • Envíanos muchos y santos evangelizadores que anuncien tu mensaje a todas las personas.
  • Recibe nuestro agradecimiento por las vocaciones que por medio de tu Espíritu Santo regalas continuamente a tu Iglesia.
  • Te suplicamos que llenes de santidad a los sacerdotes y misioneros, a las personas consagradas en la vida religiosa y a los apóstoles laicos.
  • Concede fortaleza y perseverancia a quienes se preparan al sacerdocio o a la vida religiosa.
  • Vuelve también hoy tu mirada hacia los jóvenes, invítalos a seguirte, concédeles la prontitud y generosidad para escucharte, y la fuerza de dejarlo todo para seguir tu llamada.
  • Perdona la falta de correspondencia y las infidelidades de aquellos que has elegido.

… Envía obreros para tu mies.

Pastor bueno

Señor Jesucristo, Pastor Bueno de nuestras almas, que conoces a tus ovejas y sabes cómo llegar al corazón de los jóvenes que buscan, y esperan una palabra de verdad para su vida, hazles sentir que sólo en el misterio de tu Encarnación pueden encontrar plena luz.
Da valor a los que saben dónde encontrar la verdad, pero temen que tu llamada sea demasiado exigente; sacude el alma de los jóvenes que quieren seguirte, pero no saben vencer las dudas y los miedos, y acaban por escuchar otras voces y seguir callejones sin salida.
Tú, que eres la Palabra del Padre, Palabra que crea y salva, Palabra que ilumina y sostiene los corazones, vence con tu Espíritu las resistencias y vacilaciones de los jóvenes indecisos; suscita en aquellos a quienes llamas, valor para dar la respuesta de amor: Heme aquí, envíame a mí.
Virgen María, joven hija de Israel, ayuda con amor maternal a los jóvenes a quienes el Padre dirige su Palabra; sostén a los que ya está