Oraciones por los sacerdotes

Letania sacerdotal

A nuestro Santísimo Padre el Papa,

– dale, Señor, tu corazón de Buen Pastor.

A los Obispos,

– dales la plenitud de tu Espíritu y hazlos fieles a tu Evangelio.

A los Sacerdotes,

– dales amor a su sacerdocio y fidelidad hasta la muerte.

A los Párrocos,

– concédeles ejercer su ministerio con amor, humildad y actitud de servicio.

A los confesores y directores espirituales,

– infúndeles tu Espíritu y dales tu celo ardiente por la salvación de los hombres.

A los misioneros,

– que lleven tu palabra a los que no te conocen y su vida sea el mejor testimonio de lo que predican.

A los que trabajan con los pobres y los jóvenes, con los presos y los enfermos,

– asístelos en su apostolado y dales fortaleza y constancia.

A los sacerdotes pobres,

– llénalos de Ti, Señor.

A los sacerdotes en crisis,

– sosténlos en la lucha y muéstrales tu camino.

A los sacerdotes calumniados y perseguidos,

– dales mansedumbre y un corazón capaz de perdonar.

A los sacerdotes enfermos y ancianos,

– ilumina su vida con tu presencia y dales tu paz.

A los Sacerdotes que sienten el peso de su soledad,

– déjalos en el corazón de tu Madre, Señor.

A todos tus sacerdotes,

– infúndeles tu Espíritu para que se transformen en Ti.

OREMOS. Corazón de Jesús, Corazón lleno de celo por la gloria del Padre, te rogamos por todos los Sacerdotes, llénalos de fe, de celo y de amor. Amén.

Ofrecimiento a Jesús sacerdote

  1. Félix de Jesús Rougier.

¡Oh Jesús Divino Mediador entre Dios y los hombres, queremos ayudarte en tu empresa de conquistar el mundo! Por medio de tus sacerdotes quieres hacer esa conquista… ¡Pero son tan pocos!

Y para que nos permitas suscitar vocaciones por millares, queremos trabajar en imitarte; en ser cada una, otro Jesús, y así bendigas esta Congregación toda tuya, más que ninguna otra, por su especialísimo fin:

CONTINUAR TU OBRA SACERDOTAL.

  • ¡Danos a cada una, para estos amados niños, para estas almas de futuros sacerdotes, un alma a la vez maternal y sacerdotal!
  • ¡Que vean en cada una de nosotras, perfectamente realizado ese ideal sacerdotal que les haremos ver allá en lontananza!
  • Que seamos, como Tú, dulces y humildes, prudentes y sencillas.
  • Que roguemos por tus sacerdotes incesantemente,
  • Y que así merezcamos, en la medida de nuestras fuerzas, ayudar a que se multipliquen a millares tus sacerdotes.
  • Y sean todos según tu divino ideal. Así sea.